En consulta de nutrición los pacientes suelen preguntar qué alternativas saludables existen a la nociva azúcar y empiezan a indagar junto con el profesional nutricionista si esa panela que están agregando al ‘tintico’ en las mañanas es eventualmente mejor que la azúcar.
También suelen preguntarse si la Stevia, un compuesto artificial (sí, artificial, así provenga de una planta), al no aportar calorías, se comportaría mejor en el organismo que el nocivo polvo blanco aquel.
Tal como lo conté en mi artículo sinazucar.org, la página que le cuenta cuánta azúcar consume en sus productos; la Organización Mundial de la salud recomienda que los hombres no consuman más de 36 gramos (9 cucharaditas) de azúcar añadida al día y las mujeres no superen los 25 gramos (6 cucharaditas) diarias.
Siendo así, encontramos personas que agregan hasta 10 o más gramos de azúcar a un café (sí, una barbaridad) sin despeinarse o preocuparse por su salud. Su umbral de azúcar es increíblemente alto (luego hablaremos al respecto) y su tolerancia al dulce está por las nubes.
Pero la miel y la panela son mejores, ¿verdad?
Pregunta polémica, que he resuelto un par de ocasiones en mi cuenta de Twitter. Bastaría con decir que la miel, la panela, el azúcar morena, el azúcar blanco, la fructosa, la dextrosa, el azúcar de caña, el azúcar invertido, la maltosa, la melaza y similares ¡SON AZÚCAR Y SON PERJUDICIALES EN EXCESO!
Y ese es el problema, que vienen camufladitos con diferentes nombres, bajo sinónimos y están en todo lado, lamentablemente. He ahí que tú te vuelvas experto identificando ingredientes en productos, porque las empresas no te dirán qué esconden sus deliciosos ‘mecatos’.
Pero doc… Estoy seguro/a de que el endulzante para diabéticos sí es mejor, ¿cierto?
La respuesta, nuevamente, es un no. Existe evidencia fuerte que relaciona el consumo de edulcorantes no calóricos con aumento de peso (aunque parezca paradójico) y una que otra condición negativa adicional.
Lo anteriormente mencionado lo relacioné en el artículo que escribí denominado “lo que deberíamos saber acerca de los edulcorantes no calóricos“.
¿Qué hacer entonces?
Lo más importante es reducir el consumo de ultra procesados de la dieta: gaseosas, té industrializado, jugos (así sean hechos en casa), galletas de paquete y comestibles chatarra en general. Reemplazarlos por comida real y preparar alimentos en casa pueda ayudar.
Ahora, es de vital importancia dejar de agregar azúcar a tus preparaciones: café, bebidas, postres, etc. No te pido que la cortes de raíz, porque recibiré una mala cara a cambio y seguro no lo harás. Si hoy agregas una cucharada, mañana pon media y dentro de 15 días un cuarto.
Una vez eliminado el azúcar añadido, si sientes que te sabe insípido, cambia a un poco de edulcorante no calórico. Pero ojo, quedarse ahí, como dije anteriormente, puede ser un error. Tu paladar ya está muy maltratado por el consumo de potencializadores de sabor y demás, no lo dañes más.
Lo ideal es que comamos los alimentos al natural, porque es el derecho de las cosas, porque ya tenemos umbrales de dulce y de sal muy altos. Porque el azúcar y sus homólogos nos están matando lentamente y porque parece que los edulcorantes no calóricos no son tan buenos como se creía.
Con té industrializados a qué te refieres específicamente? He reemplazado el café por el té (negro o espaciado tipo chai).
Los de “botellita”, que están llenos de azúcar o edulcorantes no calóricos. Ese té es perfectamente compatible con una dieta saludable. Adelante.
Excelente artículo que resuelve una pregunta que tenia hace mucho tiempo por un excelente profesional como tu. ☺️ Gracias.
Con gusto y gracias por leer, Natalia.