El año pasado, algunas semanas antes de cerrar el 2020, me contagié de COVID-19. Esta es mi experiencia personal sobre cómo perdí los sentidos (olfato y gusto) y hoy, meses después, aún no los recupero del todo. Esta es la historia de cómo el virus cambió mi percepción hacia los alimentos.
Los Nutricionistas repetimos como loros la importancia de usar los sentidos a la hora de elegir, preparar y consumir nuestros alimentos. Hacemos hincapié en hacer uso del tacto, del olfato y gusto. La razón es sencilla: el alimento esconde secretos que van más allá del hecho de comer para obtener energía y subsistir. El alimento también es la oportunidad perfecta para poner los sentidos a prueba y obtener placer a partir del mismo.
Causas de la anosmia y ageusia
La primera vez que me introdujeron los términos “ageusia” (pérdida del gusto) y “anosmia” (pérdida del olfato), fue en alguna clase de Nutrición Clínica. En ese entonces, aprendíamos cómo ciertas enfermedades modifican la manera en que el paciente percibe los alimentos. El poder identificar estos síntomas en la entrevista le permite al Nutricionista Dietista realizar un plan dietético que le permita al paciente mejorar la percepción y evitar así una desnutrición secundaria a una baja ingesta de alimentos.
La pérdida del olfato (anosmia) ocurre comúnmente en personas que han tenido traumas craneoencefálicos o en pacientes con enfermedad de Alzheimer. Otras causas, antes del COVID-19, incluían la gripa común, cuando nuestra vía aérea se ve obstruida por secreciones nasales. La pérdida del gusto (ageusia), por su parte, se relaciona, según el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial con infecciones, radioterapia de cabeza y cuello, lesiones en la cabeza, exposición a productos químicos y algunas cirugías.
Anosmia y ageusia por COVID-19
Cuando empecé a sospechar que el virus ya estaba librando una batalla con mi sistema inmune, una fiebre ligera que parecía ir y venir y una tos seca que no duró más de un día me mandaron a aislamiento preventivo en mi apartamento. Al tercer día de síntomas, aproximadamente, perdí dos de mis preciados sentidos: olfato y gusto. En ese momento, y sin prueba positiva en mano (debido a los obstáculos para obtener una PCR en el país donde vivo), confirmé que el virus ya había llegado demasiado lejos en mi cuerpo.
Pues bien, resulta que a las causas antes mencionadas de anosmia y ageusia, se le sumó hace poco más de un año una: infección por COVID-19. Con respecto a la frecuencia de anosmia y ageusia en pacientes infectados por el nuevo coronavirus, una revisión sistemática publicada en mayo de 2020, reportó que un 22% de los pacientes con COVID-19 desarrollan anosmia, mientras que un porcentaje similar (20%), pierden el sentido del gusto.
Pese a que ha pasado sólo un año después de iniciada la pandemia, la evidencia científica que relaciona COVID-19 con pérdida de olfato y gusto es significativa y poco a poco nos va enseñando un poco más al respecto y abre un camino que permita la pronta recuperación de las personas que desarrollan tal condición.
Una revisión sistemática con metaanálisis publicada el año pasado investigó cómo el COVID-19 era capaz de modificar la percepción de los alimentos (situación que vivo actualmente y que explicaré en el siguiente apartado). Encontraron que casi el 50% de las personas que se infectaron con COVID-19 reportaban cambios en la manera de percibir los alimentos a través del gusto. Es decir, personas que no sólo perdían el gusto, sino que también empezaban a saborear de forma diferente los mismos.
Por otro lado existen bastantes artículos en la literatura científica que tratan de explicar el mecanismo de acción del virus en la pérdida de los sentidos, pero no entraremos en detalle ya que no es el propósito de este texto.
COVID-19 y pérdida de olfato y gusto: mi experiencia personal
Cuando pierdes el olfato, una extraña sensación te invade: La impotencia de no poder acercarte a ese viejo recuerdo de un alimento, un producto químico o tu propia loción, es un sentimiento bastante frustrante. Tu nariz sabe que el olor está ahí, pero eres incapaz de percibir algo a través de ella.
En mi caso, el gusto empezó a volver poco a poco después de la segunda semana de infección. El olfato, por el otro lado, ha sido el sentido más afectado y comenzó a volver lentamente dos meses después de haberlo perdido. Acudir a las maravillosas especias que acompañan los platos que preparo se convertía en un intento infructuoso y poner más sal de la necesaria no sólo volvería la preparación en algo incomible, sino que sería una medida poco saludable.
Los sentidos, como lo mencioné antes, empezaron a volver poco a poco. Curiosamente, como en teoría es de esperarse, no todos los olores fuertes eran percibidos por mi nariz. Por un lado, la esencia de vainilla era bien percibida incluso desde el inicio, así como los jabones. Por el otro, hoy, casi cuatro meses después, no puedo oler mis propias lociones ni algunos de los productos de aseo. Una locura.
Pero eso no es todo. Lo que en este momento me tiene más inquieto, es que desde principios de mes (marzo), algunos alimentos que incluso luego de la infección me olían bien, ahora resulta que no los tolero. Por ejemplo, suelo agregar ajo a la mayoría de preparaciones y hoy, al parecer, tengo una hipersensibilidad a su olor y ya no me gusta. Además, la mandarina, que solía consumir seguido, ahora tiene un olor desagradable para mí.
Recomendaciones para quienes perdieron olfato y gusto por COVID-19
Debido a que perder olfato y gusto podría desembocar en una reducción de la ingesta de alimentos y una posterior desnutrición, es de vital importancia buscar estrategias que motiven a las personas a tomar sus alimentos, sobre todo teniendo en cuenta aquellas que pueden ser más susceptibles a una desnutrición secundaria.
JAMA Network, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, publicó algunas recomendaciones para personas con olfato y gusto alterados post-COVID-19. Entre sus recomendaciones está:
- Recomendaciones de seguridad: Debido a la imposibilidad de detectar olores, la revista recomienda mantener los detectores de humo y gas funcionando. Además, recuerda la importancia de tener en cuenta las fechas de vencimiento de los alimentos y la ingesta suficiente de alimentos.
- Entrenamiento olfativo: Recomiendan oler deliberadamente rosas, clavos, limón y eucalipto por 20 segundos cada uno, dos veces al día, por al menos 3 meses.
Y yo recomendaría, además, continuar haciendo uso de especias como tomillo, laurel, orégano, etc en las recetas que cocinamos, con el fin de ayudar a acentuar aún más los sabores, haciendo uso de una cantidad moderada de sal yodada. No importa que no puedas saborear absolutamente nada, la idea aquí es que los sentidos vuelvan a adaptarse nuevamente.
Si perdiste olfato y gusto recientemente por una infección por COVID-19, te recomiendo tener paciencia, ya que en la literatura se reportan casos de personas que los recuperaron hasta 6 meses después. Calma, los sentidos ya vendrán y más que nada te recomiendo vigilar tu ingesta de alimentos, ya que perder peso por esta causa resulta una posibilidad real.
Si llegaste hasta el final de este artículo, agradezco tu interés y te invito a comentar tu experiencia personal, en caso de que hayas pasado o estés pasando por algo similar. Quizás compartir nuestras experiencias pueda llegar a darnos una luz sobre cómo hacerle frente a las secuelas de este virus.
Hola, que bueno leer esto. Me pasa igual. Desde q tuve covid y luego recupere mi olfato, tengo todo modificado…el arroz al prepararlo, lo siento feo. La mandarina la siento y percibo con un olor desagradable, comonsi estaria podrida. Y es increible. Buscando si alguien le pasaba lo mismo encontre este tu.sitio. como te sientes hoy? Se podra recuperar elnolfato tal.cual.antes? Para disfrutar de aquellos alimentos que nos gustaban? Estefania de Buenos Aires
Hola, ¡Estefania! Gracias por compartir tu experiencia. Lo de la mandarina me pasó un tiempo pero la verdad hace mucho no como. Me sigue pasando que me volví sensible al ajo y la cebolla. Entonces cuando entro a restaurantes o cocinas es el olor más prevalente. No sabría decirte qué tan maluco es.
Y sí, parece que todos lo recuperamos paso a paso, espero.
Saludos.
Hi!
It’s super-interesting to know how to go through and cope with the COVID-19 from the Professional Nutritionist’s point of view! Thank you for sharing your experience and let’s try to do best from our side, while eating anti-inflammatory foods to stay healthy as long as we can during pandemic time.
Greetings
Ola
Thank you for your nice comment, Aleksandra. And yes, we have to boost our immune system through healthy lifestyles.
Best regards 🙂